Para ser el mejor estudiante, mejor dicho, el Primer Puesto
en orden de mérito de la universidad, debes realizar con mucho esmero y
perseverancia solamente 3 cosas: 1) Estudiar más que tus compañeros, 2) Relajarte
cada momento que puedas, disfrutando de lo que te guste hacer y 3) Conocer a
tantas personas como puedas, haciéndote amigo de los que creas que pueden ser
tus amigos. Esto funcionó para mí, no pretendo que les sirva absolutamente a
todos, pero estoy seguro de que será de ayuda si tú quieres alguna referencia.
Fui el primer puesto de la promoción 34 de Ingeniería
Mecánica de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT). En resumen, ingresé en
mi segunda oportunidad luego de pasar por estresantes exámenes de admisión,
terminé en un poco más de 5 años debido a una pequeña huelga justo en el último
ciclo, obtuve un promedio ponderado bastante bueno (para Ingeniería) de 14.6
(sobre 20), durante el cuarto ciclo gané una mención honrosa en los Juegos
Florales Universitarios por la categoría cuento –con el cuento que le da nombre
a mi blog–, me jalaron en un curso y lo aprobé por segunda matrícula, viajé a
Estados Unidos por dos meses (que convalidé por un ciclo) gracias a que gané
una beca para una pasantía de investigación en Michigan State University, fui
miembro y secretario de infraestructura del Centro Federado de Estudiantes (CFIM)
por dos años consecutivos, terminé mis prácticas pre profesionales obligatorias
para obtener el bachiller antes de pasar al quinto año, y realicé algunos proyectos
de investigación o implementación de equipos de laboratorio.
Quizás algunos piensen que soy un cerebrito antisocial, por
eso debo agregar que durante casi los cinco años en la UNT he tenido enamorada.
Todo lo anterior lo escribí para que mis palabras tengan mayor validez, y
también para recordarlo en un futuro cuando vuelva a leerlo. Soy un joven común
y corriente, como todos los demás, y como todos los demás también me he sentido
inútil, he pensado que soy el peor de todos, que tarde o temprano fracasaré,
que me quedaré solo, que cada ciclo me van a jalar, que defraudaré a mi familia
y muchas más cosas por el estilo. Todos pasamos por lo mismo, absolutamente
todos. Lo mismo sucede al egresar: todos tenemos miedo sobre si podremos
cumplir lo que queremos para nuestra vida o, peor aún, si seremos capaces de
alcanzar las expectativas que nuestra familia tiene sobre nosotros. Algo común
es pensar que el primer puesto sabe todo sobre todos los cursos, o que sabe
mucho más que los demás, pero es falso. Nadie sabe todo ni siquiera de un solo
curso, a todos nos falta aprender un montón, y, muy probablemente, algunos sean
muchísimo mejores que el primer puesto en algunos cursos importantes. Para mí,
la gran diferencia está en la ACTITUD. La actitud que uno tiene lo cambia todo.
Si tienes la actitud de alguien inseguro, los demás te dirán que eres inseguro;
si tienes actitud de alguien positivo, los demás te dirán que eres positivo. Lo
que opinan los demás es solo un reflejo de lo que tú mismo piensas de ti (a
menos que te tengan ojeriza). Esto influye bastante a la hora de diferenciar
quiénes serán los líderes y quiénes los seguidores de la clase. Yo diría que la
actitud que uno tiene es alrededor de un 15% del trabajo que hay que hacer para
ser el primer puesto. Parece sencillo, pero todos sabemos que es casi imposible
tener una buena actitud luego de que has discutido con tus padres o de que has
peleado con tu enamorada. Hay veces en que no podrás tener una buena actitud,
entonces, lo que debes hacer, es tratar de que esas veces de mala actitud sean
muy pocas. En todo esto de la actitud entra a tallar algo más importante que
los conocimientos: tu Inteligencia Emocional.
Bueno, para no desviarnos del tema, ya dije que la actitud
cuenta. Lo siguiente es estudiar. Es un consejo obvio, pero casi todos dejamos
esto para un día antes del examen. He conocido gente que estudia mucho todos
los días, pero yo no soy así, soy muy marrajo
(“relajado” en la jerga de Ing. Mecánica de la UNT). Fíjate bien que al
principio puse Estudiar más que tus compañeros.
Uno no debe ser un Hawking para ser el primer puesto, sino ser metódico. Al
ingresar nadie se conoce y todos están a la expectativa de quién será el mejor,
por lo que al principio es difícil saber cuánto uno debe estudiar, pero para el
segundo ciclo o semestre ya se sabe quién estudia y quién no lo hace. Entonces,
tu trabajo solamente consiste en estudiar un poco más de lo que estudia el que
sacó mejores puntajes; con esto es más que suficiente. Es decir, no tienes que
quemarte las pestañas todo el día todos los días, sino solamente hacerlo mejor
que el primero después de ti. Ahora, esto no siempre es fácil porque siempre
surgen inconvenientes: tienes que asistir a una fiesta dos días antes del
examen, tienes un compromiso familiar, recientemente viajaste, estás bajo de
ánimo, tuviste una mala noche, te enfermaste, etc., o sino porque simplemente
no te gusta esforzarte mucho antes del examen. Para esto también hay solución.
Recuerda que no solo tú pasas por eso, sino también tus compañeros. Si no eres
del tipo de estudiante que se raya, es súper rápido y le salen todos los
ejercicios antes del examen, debes organizarte. Yo soy bastante lento para
resolver ejercicios y tiendo a distraerme (lo cual es bueno luego de más de una
hora de estudio), pero trato de organizar lo que haré para no pasar apuros. No
dejes el estudio para la noche antes de tu examen, es un método malísimo que no
recomiendo en absoluto (aunque a veces lo he hecho); con eso solo lograrás
preocuparte, estresarte y desanimarte; anda estudiando al menos tres o cuatro
días antes de tu examen, si es antes, mejor. No te digo que te encierres cuatro
días antes en tu cuarto y estudies hasta el día del examen, sino que vayas
estudiando poco a poco, según tu ritmo, hasta que te aburras y lo pauses, esto
hará que te guste estudiar el tema y lo aprendas de manera sencilla, ya que
entre pausa y pausa tu cerebro se relaja y continúa analizando
inconscientemente. De esta manera, podrás estudiar bien y divertirte jugando
fulbito o viendo películas entre las pausas. Este es mi método de estudio, me
logré adaptar al tercer ciclo más o menos, y me funcionó. Claramente, no
siempre he podido cumplirlo, pero solo de trata de que cumplas más de lo que no
cumples. Sé constante. A la mitad de la carrera me di cuenta de que el gran
problema de la mayoría era la falta de constancia y perseverancia, a veces
estudiaban todo el día hasta de madrugada y a veces solo pasaban el rato
pensando en qué hacer o qué excusa poner para no estudiar. La perseverancia es
una virtud que no solo te servirá en la universidad, sino en todas las etapas
de la vida. A parte de esto, algunos suelen estudiar en grupo, yo lo he hecho
pocas veces y solamente con mis mejores amigos, pero prefiero estudiar en mi
casa porque necesito estar cómodo: fresco, en sandalias, con comida, con una
cama para descansar y pensar, poco ruido, etc. Nunca logré estudiar bien en la
biblioteca por el sonido de la respiración de las personas y porque no podía
andar en shorts, con sandalias y sin polo. Cuando me aburría en casa, también
iba con mis amigos para comer algo, ver dibujos, jugar videojuegos y estudiar. En
este primer punto quiero enfatizar que NO DEBES COPIARTE EN LOS EXÁMENES. Yo
recuerdo que lo hice dos veces en toda la universidad: en primer y cuarto
ciclo. Cuando te copias en los exámenes, llevas tu ficha, sacas las respuestas
del internet o te pasan las respuestas por celular, aceptas que eres incapaz de
aprender y aprobar el examen, menosprecias todo el trabajo que te ha costado
estudiar (haya sido poco o mucho), no valoras tu propio esfuerzo. Como muchos
creen que es una competencia y ven que los demás se están copiando, también lo
hacen pretendiendo que obtendrán mejores resultados, y que si los demás lo
hacen ellos también tienen licencia, pero eso es un tonto engaño. Si te copias,
no solo los demás copiones dirán que eres un copión, sino que tú no saborearás
tu propio éxito o tu propio fracaso, solo serás una pantalla. Es chévere
fracasar y luego sacarse el ancho para tener la satisfacción de obtener al
menos un 11. Si crees o te han enseñado que se debe hacer todo lo permitido y
no permitido para aprobar el examen, no creo que estos consejos te sirvan de
mucho. Sin embargo, también he conocido jóvenes que luego de ser unos tremendos
copiones, cambiaron y con su propio esfuerzo obtuvieron mejores resultados, a
veces mejores que los míos, lo cual me alegraba un montón porque sinceramente
éramos unos cuantos gatos los que no nos copiábamos.
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