Por: Kattya Ramírez
En el libro que hemos estado estudiando en el último post “El Millonario de la Puerta de al Lado” hicimos un estudio sobre las personas millonarias. Ahora veremos cómo influyen nuestros hábitos sobre nuestra capacidad para acumular riqueza.
La
prensa popular y sensacionalista influye en nosotros. Los medios de
comunicación nos bombardean continuamente con historias de famosos con vidas
perfectas, futbolistas millonarios, cantantes pudientes, etc. Analicemos la
situación es general.
Si
un futbolista de élite gana 5 millones de dólares al año, que tenga un
patrimonio neto de 1 millón de dólares, no es la gran cosa. Si dicha persona
tiene 30 años, con un ingreso de 5 millones de dólares anuales debería tener un
patrimonio de 15 millones. ¿Cuántos de esos deportistas tienen este patrimonio?
Muy pocos. ¿Por qué? La mayoría de ellos llevan una vida de lujo (despilfarro).
Es ahí en donde la propaganda quiere guiarnos. Enseñan que el que tiene mucho
debe gastar mucho. Esto es contrario a la realidad: la mayoría de personas con
riqueza trabajan mucho, son ahorradores y evitan los consumos innecesarios.
El
ahorro es una de las principales características de los ricos. Ellos se
caracterizan por su disciplina, austeridad, aversión al consumismo, disposición
al riesgo controlado y gran énfasis sobre el trabajo arduo.
Esto
explicaría por qué solamente un pequeño porcentaje de hogares son ricos.
Usualmente, las cabezas de hogar piensan que tienen que gastar mañana el dinero
obtenido hoy. Son propensos a tener deudas y consumir excesivamente. Asimismo,
piensan que quienes ostentan abundancia y posesiones materiales tienen éxito y,
quienes rehúsan a toda opulencia, están abajo en la escala social.
Fuente: smartharvesting.wordpress.com (2019)
¿Qué pasaría si se fomenta el estilo
de vida austero de un millonario promedio? Obviamente, bajaría la audiencia y el número de consumidores. Por ello,
la prensa inculca la idea de que comprar artículos muy caros es un
comportamiento normal entre la gente acaudalada, haciendo creer que ricos
tienen una vida de consumo desmesurado.
Daremos
un ejemplo: Lucas, es un millonario de 57 años, lleva casado casi toda su vida con
su única esposa. Lucas no viste ropa ni accesorios de lujo, pero sí es muy
puntual. ¿Cómo lo hace? Tiene un reloj de pulsera. ¿Usa un reloj caro? No, es
un simple y confiable reloj. La mitad de los millonarios jamás ha gastado más
de 200 dólares en un reloj. Uno de cada 10 millonarios, nunca pagó más de 45
dólares por un reloj. Mientras que 1 de cada 4 ha pagado 100 dólares o menos.
Gastar
tiempo y dinero para una apariencia lujosa tiene un resultado predecible: Menor patrimonio económico.
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