Tokio Blues es una novela
romántica, juvenil y triste. Cuenta la historia de fin de adolescencia e inicio
juvenil de Toru Watanable, junto a sus contemporáneos amores Naoko y Midori. Toru
se reencuentra fortuitamente con Naoko después de un año del suicido de su mejor
amigo Kizuki, que fue novio desde la niñez con Naoko. Ambos estaban en
universidades distintas y empiezan a conversar. Debido a que ninguno tiene más
compañía ni amigos, acuerdan frecuentarse cada semana para conversar y pasar un
buen rato paseando. Las cosas van por buen camino, Toru se enamora de Naoko; a
ella le gusta, pero no está verdaderamente enamorada de él, yo creo que más que
amor lo que siente es aprecio y una necesidad de compartir su tiempo con
alguien luego de la pérdida de la persona más importante para ella. El día en
que Naoko cumple veinte años, Toru se acuesta con ella. Este hecho inicia un
trágico desenlace puesto que Naoko cae en un profundo trauma psicológico (que
ya tenía, aunque lo sobrellevaba). Terminan separándose, con un Toru que
escribía cartas a Naoko pidiéndole verse una vez más para aclarar la situación.
Ya que Toru continua su vida de
universitario, es de esperarse que un día se relacione con más personas. Conoce
a Nagasawa en la residencia donde vivía, con el cual salen los sábados por la
noche en busca de chicas. Salir con chicas desconocidas no le agrada demasiado
a Toru, pero lo hace porque según él tiene esa “necesidad”. Luego conoce a
Midori. Era totalmente distinta a Naoko: excéntrica, jovial, alegre, fuerte, conversadora,
etc. Con ella se hacen grandes amigos, al mismo tiempo que ella deja en claro
que tiene novio pero que Toru le gusta mucho. Un día, cuando Toru la visita en
su casa, ocurre un incendio en un lugar cercano. Luego de subir a la azotea
para averiguar qué es lo que está pasando, empiezan a beber y conversar, lo cual
termina en un beso caluroso y un abrazo.
No estoy seguro si la visita al
padre de Midori en el hospital fue antes o después de que Toru fuera a ver a
Naoko al sanatorio donde estaba viviendo debido a una recomendación de un
doctor para que calme y mejore su estado. La cuestión es que Toru la visita
durante tres días en el sanatorio alejado de Tokio. Allí conversan sobre todo:
el pasado, el presente y el posible futuro. Fueron días excepcionales para Toru
en los cuales creyó que el estado de Naoko había mejorado. A su regreso se
encuentra con Midori, salen a pasear, conversan de muchas cosas, pasean. Ella
es muy seductora y desinhibida, lo cual atrae muchísimo a Toru, aunque este
trata de dejar en claro que no puede corresponderla ya que está atado con una
chica a la que quiere, pero de la que no puede hablar ya que ni él mismo sabe
la situación en la que ambos están. Midori le dice que ella podría ser una gran
mujer y que cuando quisiera le dijera para que estén juntos, pero que llegado
el momento él debería ser solo para ella; todo esto en un supuesto caso. Toru
acepta.
El padre de Midori fallece, ella
desaparece por un buen tiempo. Toru se siente solo, sin nadie con quién
conversar. Por ese tiempo se acercaba el invierno, y decide visitar de nuevo a
Naoko. A su llegada, ella ya no se encontraba tan bien como la primera vez,
pero le dio la impresión de que estaba bien. Reiko, una mujer de cuarenta años
y compañera de Naoko, conversa con él y le dice que no tiene de qué
preocuparse. Pasan rápidamente los tres días y regresa a Tokio. Esta vez estaba
muy confuso ya que quería con toda su alma a Naoko, era un amor algo extraño
por la situación y distancia, pero se divertía muchísimo con Midori. Cuando se
encuentra con esta última, Toru no le prestó atención a Midori, pensando en sus
conflictos personales, sin prestar atención al nuevo estilo de cabello y
vestimenta de Midori, lo cual hace que ella se enfade y deje de hablarle. Al
darse cuenta, Toru intenta de todas maneras explicarlo, pero no encuentra el
modo sino hasta que Midori lo decida. Llega el momento de disculparse, ambos
conversan y después de pasear van a la casa de Midori. Allí Midori lo acaricia.
Pasado esto, Toru le escribe a Reiko, diciéndole que está enamorado de Midori y
que, aunque ama a Naoko, no podría separarse de Midori porque lo hace muy
feliz. Reiko le aconseja que no se preocupe y deje que transcurran las cosas
como deben transcurrir.
La confusión y tristeza llegan
nuevamente a Toru cuando se entera de que Naoko se ha suicidado. Comienza un
viaje de vagabundo durante un mes por la costa de Japón. Al regresar, se
comunica con Reiko, la cual necesitaba salir a como dé lugar del sanatorio, y
ella le explica qué había sucedido. Midori había ingresado a un hospital
psicológico para tratamiento. Parecía que tenía muchos avances, por lo cual
todos se tranquilizan. Naoko pide ir a visitar a Reiko para recoger sus cosas y
despedirse de ella. Al encontrarse, conversan largo y tendido sobre cómo se
encuentran y las cosas que Naoko quiere hacer al curarse completamente. También
cuenta detalladamente de la noche cuando se acostó con Toru. Ambas duermen como
dos hermanas. Al despertar, Reiko ve que ni Naoko ni la linterna se encontraban,
así que pide a todos que busquen a Naoko. Después de cinco horas de búsqueda,
la encuentran colgada de un árbol. Solo dejó una nota diciendo que entreguen toda
su ropa a Reiko. Parece que Toru se tranquiliza al oír la historia, pero sigue afligido
ya que el funeral había sido demasiado triste. En ese momento, Reiko empieza a
tocar música en una guitarra, haciendo un nuevo funeral para Naoko, mientras
bebían licor. Ambos terminan acostándose.
Finalmente, Toru despide a una
Reiko temerosa de volver a la ciudad después de ocho años y que tenía como
siguiente destino una ciudad en la cual sería profesora de música (la historia
de Reiko merece mención aparte). Al despedirse ella le dice que no pierda a
Midori porque no encontrará una chica parecida y que esas oportunidades solo se
dan dos o tres ocasiones en la vida. Después de despedirla, Toru llama a Midori
diciéndole que quería pasar el resto de su vida con ella y que no quería
perderla. Midori le pregunta dónde estaba, pero Toru ya no puede distinguir el
momento ni el lugar dónde se encuentra.
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