Durante estos últimos treinta
días he leído el libro de “Proverbios” de la Biblia y luego “Tokio Blues” de
Murakami. Obviamente son dos lecturas totalmente distintas. El próximo libro a
leer es “Dándole pena a la tristeza” de Bryce Echenique (autor peruano). Este
último se lo regalé una vez a mi papá por su cumpleaños. Sin embargo, debido a
que ni siquiera lo tocó en casi un año, decidí traerlo a casa. Ha pasado
bastante tiempo desde que lo traje, y viendo que no tenía más dinero para
invertir en libros nuevos de mi interés, he decidido continuar con ese. Al
principio los párrafos son poco interesantes, pero al entrar en el nudo de la
historia, me nació cierto gusto. Son tres capítulos; recién he terminado el
primero.
El libro de Proverbios, tal como
el título lo dice da consejos de tipo antagónicos de parte del rey Salomón para
su hijo. Escribe sobre multitud de temas, siempre enfocados en las acciones que
debe realizar el varón para agradar a Dios y llevar una vida plena de justicia.
Escribe bastante sobre tener distancia de los enemigos y de los hombres que se
regocijan en la iniquidad, porque un hombre necio que sigue sus pasos,
inevitablemente atraerá la desgracia, no solo para él, sino también para su
familia, lo cual le traerá deshonra. Por ello, exhorta al hombre a alejarse de
ellos, prefiriendo el camino de la justicia y de los deseos de Dios. Aconseja
al lector a alejarse de la mujer venenosa (esto parece algo machista, pero
poniéndonos en el tiempo de Salomón, los hombres eran más letrados y jefes de
hogares y organizaciones) porque de “su miel” da al hombre insensato y este va
como un cerdo al matadero. Un hombre que cae en las caricias de una mujer que
no es su esposa, tendrá desgracia inevitablemente tarde o temprano, terminando
en su muerte pronta o tardía. “Honra a tu padre y a tu madre: este es el primer
mandamiento con promesa”; este es un versículo que me llamó mucho la atención
ya que al no ser el primer mandamiento sino el cuarto, pensaba que estaba
debajo de los demás. Sin embargo, Salomón menciona que es el primer mandamiento
fructífero en la vida del hombre, es decir que aquel que lo cumpla tendrá
muchas bendiciones en su vida, ya que honrar a los padres permite ser educado
en sabiduría y con un acercamiento a Dios, que de otra manera sería muy difícil
o muy tardío. Más adelante, menciona salomón: “regocíjate con la mujer de tu
juventud”; este fue el versículo que más me impactó y gustó porque durante mi juventud
solo he tenido una novia y soy muy feliz con ella. Pienso que es un consejo muy
sabio y se aplica muy bien a mi caso. Supongo que con otras personas será
obviamente diferente; sin embargo, yo tengo la certeza desde hace mucho tiempo
que la edad perfecta para conseguir pareja de por vida es entre el final de la
adolescencia y el inicio de la juventud porque ambos crecen juntos y maduran
juntos, aprendiendo de sus defectos y moldeándose uno al otro. Es como la
porcelana moldeable; imagina que tienes dos pedazos, cuando los retiras del
empaque se pueden ir formando según el movimiento de las manos, de manera que
sin ser perfectos encajen uno con el otro, hasta que pasado un tiempo se
endurecen y quedan exactamente unidos; esto mismo es menos probable que pase
cuando le das forma a dos pedazos por separado y luego, después del
endurecimiento, quieres juntarlos. En fin, El método más efectivo para llevar a
cabo una vida justa como precisa Salomón, es orar y clamar a Dios por
Sabiduría, para tener inteligencia en la toma de decisiones, para desear lo
necesario, ya que Dios conoce las necesidades del hombre, y en base a eso es
que son satisfechos sus deseos.
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